Casa de campo tradicional, jardines excepcionales y piscina privada, Alpujarras

Hoy, con imaginación, lo que tenemos es una casa rural única con un extravagante jardín de rosas de más de 700 variedades.

Cuando se construyó la casa no se utilizó excavadora, sino que se empezó a construir sobre la misma roca madre, creando con naturalidad un grupo de casitas comunicadas entre sí.

Sin vecinos (solo hay uno por debajo, que queda fuera de vista), y con infinidad de lugares donde relajarse y quedarse fascinado con las vistas de Sierra nevada (incluidos el Veleta y Mulhacén), aquí uno tiene la sensación de estar en su propio pueblecito.

Para entrar en la casa, pasamos una cancela cubierta de rosas y pasamos a un extenso césped, por el cual pasamos al alojamiento principal (cortijo) y a la casita, a través de un entorno sereno y rústico.

Los acabados interiores y calidades son simples y adecuados, sin ninguna pretensión, y en equilibrio con el escenario natural donde nos encontramos. Eso sí, aquí no falta WI FI, CD player, DVD con películas y conexión a un iPod.

En el cortijo, los inquilinos usan el salón de abajo, con sofá de obra, esquinado y con cojines, parar charlar plácidamente. Pero normalmente es la cocina / salón, que se encuentra justo frente al alojamiento principal, en una construcción independiente, la que se utiliza para pasar largos ratos, pues es el lugar más cómodo y amplio de la casa. Además es una estancia muy agradable, con mucha luz natural e incluye sus propios accesos a terrazas, una de ellas con ambiente sobrecogedor con vistas al valle.

Los tres dormitorios están en la parte de arriba de la casa principal, que además tiene acceso a la Casita (anexo) y la zona de piscina. Las habitaciones son muy sencillas y con techos bajos de caña, excepto una habitación que es mucho más amplia, luminosa, alegre y con un balcón cuyas vistas impresionan, sin duda, la mejor habitación.

La Casita que está justo por detrás del cortijo, tiene también acceso a los jardines y piscina. Es de construcción reciente es agradable luminosa y adecuada. Hay un pequeño salón, y dos habitaciones una doble y otra con camas individuales, con puertas que se abren al exterior.

La zona de piscina es irresistible y está rodeada de jardines con roquedos. Tiene buen tamaño (8m x 4m) con un ionizador que limita el uso de cloro (estamos en un entorno natural!). Hay tremendas vistas tanto desde aquí como si nos vamos a la amplia zona de césped. Es tránquilo, íntimo.

La ubicación de la casa, entre pisos bioclimáticos, permite tener una inmensa variedad de plantas, desde las de origen alpino típicas de montañana a las semitropicales de costa. Esto viene reflejado en el exotismo de sus jardines.

Los amantes de la jardinería pasarán aquí ratos estupendos observando. Todo contrastrado de fondo con las nieves perpetuas de macizo más alto de Europa después de los Alpes, Sierra Nevada.

Nadie puede negar que bañarse en una piscina, con un clima semi tropical, y con las cumbres nevadas de telón de fondo, es algo muy especial.

Por debajo de las piscina, unas escaleras nos lleván a un edén de naturaleza donde una acequia discurre entre bosques; la parcela de la casa que llega hasta esta acequia, es un jardín botánico…es maravilloso pasear por aquí.

Al cortijo se accede desde una pista en buen estado desde la carretera que lleva a los pueblos del barranco del Poqueira, empezando por Pampaneira, y seguidos de Bubión y Capileira.

A poco más de 1km de la casa, sale la pista que nos lleva a O Sel Ling, el centro budista.

Granada dista menos de 1 hora, y es visita obligada, así como la Costa Tropical y sus chiringuitos de playa.